Sobre Vladimir Cossio

Escrito por Juan Carballo, alumno de Vladimir Cossio

Soy Juan Carballo, alumno de Vladimir Cossio, y quiero compartir un poco sobre la persona que me ha inspirado en el mundo del baile. Vladimir es un bailarín y profesor que ha dedicado su vida a la danza desde que se graduó en el Ballet Folklórico de Camagüey, Cuba, donde estudió danza y además actuó en numerosos espectáculos por todo el mundo entre los años 2003 y 2010.

En 2011, Vladimir llegó a Santiago de Compostela y, con ilusión, fundó su propia escuela. Desde entonces, ha sido una figura clave en la comunidad de baile de la ciudad, ofreciendo clases de salsa cubana, bachata, merengue, y más. Su enfoque no solo se centra en la técnica, sino también en crear un ambiente acogedor y motivador para todos sus alumnos.

Desde la primera clase, donde muchos llegamos con bastante vergüenza y sin tener ni la más remota idea de bailar, Vladimir logra hacer sentir a todo el mundo cómodo. Es capaz de integrar al grupo rápidamente y crear un ambiente cálido, donde, a los pocos minutos, ya te sientes entre amigos. Este enfoque, basado en la cercanía, la empatía y el respeto, es lo que hace que tantos alumnos quieran volver, no solo para aprender a bailar, sino también como muchos, las clases se convierten en un refugio del estrés de la vida cotidiana, donde los problemas no existen y conocemos a nuevas personas con muchas ganas de pasárselo bien.

“En cada clase, se confirma ese dicho que dice que las buenas energías atraen a gente buena. Aquí, entre risas, música y movimiento, no solo se aprende a bailar; se crean amistades y conexiones que enriquecen tanto como el propio baile.”

Me gustaría añadir, que gracias a Vladimir he descubierto también que hay una conexión especial entre las culturas cubana y española que se siente en cada clase. Lo que conocemos hoy como salsa tiene sus raíces en el flamenco, el pasodoble, la música gitana entre otras su fusión con la cultura africana, algo que también se refleja en los ballets folclóricos de Cuba, donde las sevillanas por ejemplo son parte del repertorio. La salsa y la rumba cubana, con sus movimientos llenos de vida, también incorporan mucho de estas raíces compartidas. Esto no solo nos permite aprender un estilo de baile, sino también conectar con una historia y cultura comunes que enriquecen nuestra experiencia.

Lo que distingue a Vladimir es su puntualidad y profesionalismo. Cada clase comienza a tiempo, cargada de energía, risas, y un enfoque claro en el aprendizaje. Como alumno, puedo decir que Vladimir no solo enseña a bailar, sino que también te inspira a superar tus propios límites, a disfrutar del proceso de aprendizaje y a conectar con los demás a través del baile.